martes, 22 de mayo de 2018

Precioso funeral en memoria de la Madre Victoria



Partió al Padre la víspera de Pentecostés, el sábado 19 de mayo, y recibió un cariño rebosante el lunes durante el funeral celebrado en su memoria en la capilla de nuestro Colegio, que se quedó pequeña para reunir a la Familia Corpus Christi.

El Señor ha llamado a la M. Victoria, coincidiendo también con la celebración de las primeras comuniones de los niños este sábado y domingo en nuestra capilla. Además, tal y como destacó el Padre José Juan, su funeral estrenaba la memoria litúrgica de María Madre de la Iglesia.

Con semejante densidad de significado, está claro que el Señor algo nos ha querido decir. Básicamente, este “algo” es “Alguien”: es la Comunidad de Amor que acaba de recibir en el Cielo a nuestra hermana, que llega con largos años de entrenamiento viviendo el amor en comunidad con las Hermanas Jerónimas de la Adoración. Y aunque se la echa, y mucho, de menos sobreabunda el gozo y la certeza de saber que estará bien ¡Muy bien junto al Señor!


Con Pentecostés se acaban cincuenta días de alegría incontenible de presencia del Señor Resucitado. Para la Familia Corpus Christi, la vuelta al tiempo ordinario parecía aún más dura con el fallecimiento de la Madre Victoria, con la ausencia física de una hermana tan especial. Pero el Señor ha estado grande, como siempre. También recibiendo a la M. Victoria en una fecha singular.

Entremezclados con el vértigo de volver al día a día, con el Señor ya en el Cielo y nuestra hermana siguiendo sus pasos, encontramos el consuelo del Espíritu Santo y la alegría profunda de que, al lado de María, ya no habrá nada que temer.


María a quien tanto quería la M. Victoria… María “Madre de la Iglesia”… de la peregrina y de la que triunfa celebrando la reciente incorporación de nuestra hermana a los “comedores” del Cielo. Porque está clarísimo, allí arriba, la M. Victoria tampoco se va a quedar de brazos cruzados ; ) ¡Damos gracias al Señor por su vida, porque no se puede pedir más!

La Virgen, “Puerta del Cielo”, ha llamado a la M. Victoria a su lado en el mes más mariano. Nuestra Madre ha sido la encargada de acompañar de manera muy especial a la M. Victoria en su morada celestial… a ella que tantas veces se encargó en la tierra de saludar y despedir a sus queridos alumnos al abrir y cerrar las puertas de nuestro Colegio. Precisamente otras puertas, las de la capilla, tuvieron que abrirse de par en par en su funeral para acoger a tanta gente que quería y quiere a la M. Victoria y que no cabía dentro.


Descansa en el Señor, Madre Victoria… e intercede por la Familia Corpus Christi que tanto te recuerda.



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